Filosofía esotérica ! (2ª parte)

Traducción del Catalán al Español publicado en audio en el bloc de la Sociedad Teosófica  19/1/2014

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Conferencia a cargo de Marta Parramon en la Biblioteca Arús de Barcelona, 

Catalunya (España)

13/10/2011

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Cuando formamos parte de un grupo esotérico integrado y dedicado a servir, al invocar al Maestro el alma del grupo se abre al igual que si fuera un cáliz esperando recibir una indicación Suya.  

En un grupo esotérico no caben las personalidades ya que la naturaleza del Alma es grupal. Así que cuando nos identificamos con la personalidad no estamos actuando como almas y aunque de vez en cuando lo intentemos todavía oscilamos entre los pares de opuestos. En un grupo verdaderamente esotérico es el alma quien está sirviendo, por lo cual la consciencia debe enfocarse en las causas y no en los efectos, o sea, no en la forma sino en lo que oculta la forma. 

Cuando el grupo está preparado para establecer este contacto superior recibe una respuesta a su invocación, no como un pensamiento concreto sino como una intuición.

Existen muchas personas en el mundo que actualmente tienen una mente muy desarrollada, han acumulado muchos conocimientos exotéricos o esotéricos y sólo por este hecho creen ser sabios y estar en posesión de la verdad, cuando lo único que poseen es memoria y no la verdadera comprensión que nace de la propia vivencia interna.

Una persona sabia es aquella que ha llegado a complementar el amor y la inteligencia, pues la mente por si sola es fría, orgullosa y separativa. Pero cuando la mente y el corazón se fusionan surge la sabiduría y es por esta sabiduría que somos capaces de comprender la naturaleza humana. Somos almas que estamos luchando para librarnos de la esclavitud de la materia y del sufrimiento, a fin de alcanzar algún día la paz que da un corazón henchido de amor.  

Cuando nos llega una etapa de la vida en que se precipitan las crisis, (el karma,) nos sentimos inmersos en la oscuridad, entonces es necesario que comprendamos que la propia alma nos está poniendo a prueba. para darnos la oportunidad de seguir creciendo internamente. El karma no es un castigo sino que el karma es Justicia, de lo bueno y de lo malo. Todo lo que hemos hecho en esta u otras encarnaciones, todo vuelve al igual que un bumerang . Lo lanzamos con amor o con odio, pero cuando a llegado a su meta, el bumerang regresa a nosotros impregnado del bien o del mal que hemos causado. Es la Ley de Causa y Efecto.

El karma nos da la oportunidad de rectificar e ir más allá con una nueva comprensión superior. Es así como el alma puede ir elevando la vibración de sus cuerpos. 

Todo el proceso evolutivo consiste en redimir la materia, pero para que esto sea posible debemos conocernos muy bien a nosotros mismos y ser muy observadores, de adentro y de fuera, de lo que pasa por nuestro interior, de las reacciones que tenemos frente a la vida y del efecto que producimos en los demás.

Si en nuestro interior tenemos paz nuestro entorno cambiará, aunque existan personas cercanas que sean agresivas. Si nosotros no reaccionamos de igual forma a su agresividad, si somos impersonales y no pensamos constantemente en nosotros mismos, aquella actitud negativa no nos afectará y en vez de avivar el fuego lo estaremos apagando. La paz la da la comprensión que surge del corazón y cuando reina en nuestras vidas estamos transformando al mundo, pues el amor y la compasión despiertan el aspecto positivo de quienes nos rodean.

Todo conocimiento esotérico y espiritual que nos señale el camino a seguir ya sea religioso o filosófico crea en nosotros una gran responsabilidad. No es lo mismo para la humanidad común que vive su vida cotidiana dando vueltas sobre lo mismo durante toda su vida, que tropieza constantemente con la misma piedra porqué ignora las leyes divinas, que para una persona que ha estudiado, reflexionado y conoce perfectamente cual es el camino recto que debería seguir.

Toda persona espiritual sabe que el esfuerzo y el sacrificio deben ser constantes si quiere seguir avanzando, ha de pasar por muchas crisis y renuncias personales hasta haber redimido la materia de sus cuerpos. Sin embargo llegados a cierta etapa evolutiva empiezan a producirse expansiones de consciencia y este estado superior siempre da Paz... y la paz no existirá nunca en el mundo si no amamos desinteresadamente. 
La atención debe ser puesta en lo superior si queremos trascender las tendencias personales, cambiar el carácter y todo lo incorrecto que hay en nosotros a fin de demostrar con nuestras actitudes  que amamos desinteresadamente a los demás.

Cuando los ángeles solares implantaron la mente en el hombre-animal y el espíritu compenetró la forma fue lo mismo que hace el sembrador. Al principio las semillas tardaron mucho tiempo en germinar porqué la "tierra" no era fértil, sin embargo iban absorviendo los nutrientes de la tierra que el agua disolvía, hasta que pasado mucho tiempo cuando las condiciones fueron propicias rompieron la barrera que les obstruía el paso pudiendo salir al exterior y empezar a crecer, al igual como ocurre con un parto cuando la madre da a luz.

Una analogía muy sencilla puede servir de ejemplo para darnos cuenta de como se desenvuelve el alma que toma forma al encarnar en la tierra;. Cogemos una semilla y la metemos en una caja cerrada, la envolvemos con un algodón mojado para que tenga humedad y germine y al otro extremo de donde hemos puesto la semilla hacemos un agujero en la tapa de la caja y la dejamos al aire libre para que entre algo de luz y la planta pueda vivir.
Aquella planta no tendrá suficiente luz para hacer la fotosíntesis, pero sí la tendrá para no morirse. Será una planta débil, sin embargo se irá alargando arrastrándose por la caja y casi a oscuras hasta que consiga encontrar la salida. ¿Qué ocurrirá entonces? que al salir de la caja y darle la luz, la planta se elevará en sentido vertical, acumulará vitalidad y belleza. Esta es la analogía del alma. Mientras el alma humana está en la oscuridad se desarrolla en horizontal y a ras de tierra, (en la vida de la materia).
Los seres humanos seguimos el mismo proceso que el reino vegetal, crecemos siempre buscando la luz.
Una vez la planta ha salido al exterior la luz del sol la ilumina y ella misma descubre un mundo iluminado habitado por otros seres, cosa que estando dentro de la caja ignoraba y únicamente se veía a medias a si misma. (el egoísmo de la materia).
Igualmente podemos ver la analogía con un árbol; ¿Cuando dará frutos el árbol? Cuando crezca y se haya desarrollado plenamente. 
Las raíces están hundidas en la tierra y ésta le da los nutrientes que necesita para desenvolverse y poder crecer.
Cuando el alma encarna penetra en la tierra, el tronco del árbol es la consciencia, el puente que une lo superior con lo inferior, está unido a la copa del árbol y la copa siempre busca la luz, así como las raíces siempre buscan la tierra.   
Lo relacionamos con el ser humano y la analogía es perfecta. El árbol es uno y desarrolla muchísimas ramas, cuando fructifique puede llegar a dar miles de frutos y cada uno de ellos tendrá su particularidad.
Esto es la Humanidad!
Dentro del reino humano cada uno de nosotros tenemos nuestra propia individualidad, pero no deberíamos olvidar que formamos parte de un reino de la Naturaleza, de una Unidad mayor que es la Humanidad.

  Marta Parramon