Todas las enseñanzas que imparte la Sabiduría Eterna encubren un significado profundo y oculto, pues las formas tan sólo son las vestiduras de las entidades que las habitan y que podemos reconocer especialmente en los seres humanos por su forma de ser y actuar, pues la expresión externa (más o menos aproximada) refleja al ser interno que la ocupa. En realidad, refiriéndonos al ser humano, las formas son los vehículos que utiliza el Alma para poder llegar a ser plenamente consciente en los tres mundos, a fin de colaborar con el Propósito del Logos planetario y en la redención de la materia que constituye Su cuerpo de expresión, la Tierra.
Pero existe una causa aún mucho más oculta que la Consciencia y es la Vida que las compenetra, el verdadero Hombre (la Mónada espiritual,) que les infunde Vida y Consciencia por medio del Ángel solar, cuya cualidad se exterioriza en las formas.
Las formas tan sólo son los efectos de una causa interna, de un ser que precisa de unos vehículos densos para evolucionar.
Sin embargo existen formas mucho más sutiles o abstractas que las puramente físicas como son; un color, una nota musical, un perfume, un sentimiento o un pensamiento, aún así siguen siendo formas que manifiestan unas cualidades perceptibles a nuestros sentidos y que nuestra mente relaciona inmediatamente con lo que él mismo ha creado o le ha dado un nombre para poderlo identificar. Pero aún detrás de estas formas abstractas existe una consciencia o Entidad, que al proyectarse al plano físico se hace perceptible.
Un color es producto de una vibración de rayo que nos está indicando las características de la entidad que utiliza aquella forma, como puede ser una flor.
Igualmente un perfume es la emanación etérica del deva o espíritu de la naturaleza que la ocupa.
Si queremos adentrarnos en las causas ocultas deberemos ser muy observadores, entonces descubriremos un mundo que es totalmente desconocido para quien únicamente ve las formas externas.
Esta capacidad observadora nos permite separar los velos que encubren las realidades internas, entonces ante nuestra consciencia lo oculto se hace objetivo.
La curiosidad es un don cuando se trata de investigar las causas que mueven la evolución, pues al observar lo externo aún sin que nos lo hayamos propuesto, nos estamos introduciendo cada vez más dentro de nosotros mismos, al descubrir las causas que subyacen ocultas en todo lo creado, entonces empezamos a comprender lo que somos en esencia y sabemos con certeza de la existencia de los devas que nos construyeron los cuerpos, porqué penetramos en el mundo de las realidades subjetivas.
De esta forma vamos incorporando en nuestra consciencia los pequeños y grandes Misterios y el yo personal queda relegado a un segundo término para dar paso a la consciencia de Unidad Universal. Comprendemos que existe una Vida que lo compenetra Todo y que es la Fuente y Origen de la Creación, porqué sabemos que el Espíritu se mantiene oculto en las formas hasta que la materia se ilumina y entonces desaparece la oscuridad que no nos permitía ver.
Un ocultista sabe que el Sendero no tiene fin,
que las metas tan sólo son faros que nos iluminan nuevas etapas del Camino. La evolución no es una meta sino un eterno movimiento y todos estamos en ello.
Marta Parramon
He podido leer en tu blog que amas la vida y eres una persona muy apasionada, pero no superficial, al contrario.
Cuando aprendemos a ver más allá de lo aparente empezando por nosotros mismos, la perspectiva que tenemos del mundo cambia sensiblemente. Entonces somos capaces de comprender el porqué las personas somos como somos y surge en nuestro interior algo nuevo que nos hace ser más incluyentes y más comprensivos.
Gracias Marta por este pequeño e intenso compendio de "ocultismo práctico"
Un fuerte abrazo
Éste es un tema que nos da material para reflexionar sobre las cinco iniciaciones que recibe el Alma hasta llegar al Adeptado.
Gracias Dani por tan bello pensamiento.
Un fuerte abrazo
Cuando somos realmente conscientes de ello, nos comunicamos en la más sagrada atención de tu a tu con la vida misma.
Una abraçada.
Gràcies.
Pero no se trata únicamente de tener o no tener sentido,, sinó que sin los Devas constructores la creación no existiría, porqué no habría quien diera forma a los reinos de la Naturaleza, ya que los elementos, los pequeños elementales de los que están construidas las formas, que son la materia en sí, no evolucionarían , pues su función consiste en ir ascendiendo en la escala evolutiva dévica, siendo primero elementos, después elementales constructores y finalmente ángeles y aún siguen ascendiendo en niveles incomprensibles para el ser humano.
Únicamente hemos hablado de los devas, pero es que sin el hombre tampoco existiría la creación, porqué el hombre es el Creador y el deva, el Constructor. Al nombrar al hombre incluimos en ello al Logos Creador ya que Éste también ha pasado por el reino humano y con la colaboración de un Arcángel Constructor, unidos han creado el Sistema solar.
Ni el uno sin el otro no existirían las formas que las distintas entidades de todos los reinos necesitamos para evolucionar.
Gracies
Una abraçada