Los dos volúmenes del Maestro Tibetano escritos por Alice Bailey sobre "El Discipulado en la Nueva Era" editados hace aproximadamente unos 70 años, contienen cartas e instrucciones dirigidas a Sus discípulos, poniendo el énfasis sobre la necesidad del servicio y la integración grupal.
También habla sobre las dificultades del discípulo en probación, la causa del fracaso de muchos de ellos y la falta de valor y reticencia a comprometerse.
Existen diversas causas por las que un discípulo en probación puede fracasar siendo en gran parte debidas a la falta de amor hacia la humanidad y al miedo a ir contra corriente de la sociedad que le ha tocado vivir.
Es necesario tener valor para llegar a tomar una decisión espiritual y comprometerse, pues para ello será necesario adaptar la vida cotidiana y de relaciones a las necesidades del momento y al servicio del género humano. Se necesita valor para demostrar a quienes nos rodean, que los problemas mundiales son más importantes para nosotros que los asuntos de nuestras vidas individuales y las relaciones particulares que hemos establecido y para no utilizar excusas que hasta el momento nos sirvieron para evadirnos del esfuerzo que actualmente demanda la Jerarquía.
Es necesario tener coraje para hacer sacrificios, para negarse a realizar actividades innecesarias, ignorar el cuerpo físico, las debilidades, el cansancio derivado quizás de una larga vida, de las tendencias físicas que obstaculizan y limitan el servicio. El insomnio producido por las presiones personales y mundiales, por una vida irregular faltada de equilibrio y ritmo y la nerviosidad y tensión actual que es común a todos. Hay que ser valiente y tener valor para encarar la vida en bien de los demás y eliminar aquello que anhelamos cuando la emergencia y la necesidad del mundo son tan enormes.
Lo que más necesitan los discípulos es captar con mayor claridad que la determinación de actuar como servidor produce el reenfoque al unísono de todas las fuerzas de la personalidad y del alma, pues todo cambio en lo interno produce necesariamente cambios en nuestro carácter, relaciones y entorno. Este reenfoque siempre trae sus propias dificultades, ya que frecuentemente el discípulo se siente grandemente angustiado al ser consciente de su propia naturaleza, sus objetivos, su vida, aspiraciones y obstáculos, también las limitaciones, quizás kármicas, que le imponen sus experiencias, además de los diversos aspectos y vehículos por medio de los cuales el alma debe forzosamente actuar.
Este estado a menudo intensifica el interés y la concentración en el propio ego personal, pero siempre con la mejor intención y aspiración.
También debe afrontar las propias limitaciones físicas o de otra índole que le parecen excesivamente grandes; en la propia consciencia exagera los defectos pero no su expresión. También tiene frente a sí el amplio y necesario servicio que le exige el alma y que debe prestar.
Al discípulo en probación le parece tan enorme este esfuerzo, que a veces se niega a colaborar por temor al fracaso o por ser indevidamente consciente de si mismo; busca y encuentra fácilmente excusas para no prestar servicio o para hacerlo únicamente de forma parcial. Actualmente la mala salud, la falta de tiempo, las obligaciones del hogar, cualquier temor, la edad o la creencia de que esta vida es la preparación para un servicio más pleno en la próxima, son excusas que adopta para no dar respuesta de ayuda ni total dedicación a la necesidad humana, pues le resulta más fácil encontrar justificaciones, algunas de las cuales se fundan en la creencia de que los requerimientos del Maestro y el servicio que le demanda el Ashrama al cual está afiliado, son irrazonables.
El Maestro Tibetano durante muchos años ha tratado de concienciar a los grupos de discípulos de la urgencia del momento, de manera que estuvieran preparados y por su intermedio pudieran despertar a miles de personas. Actualmente empiezan a verse los frutos de este arduo esfuerzo, sin embargo todavía no es suficiente, es preciso hacer un acopio de valor y asumir esta gran responsabilidad que nos propone el Maestro. Sabemos que ser discipulado comporta sacrificio y renuncia personal, sin embargo, cuando el Alma empieza a utilizar sus vehículos cambian las prioridades y la consciencia grupal y el servicio es nuestro mayor objetivo.
Para algunos, no todos, el trabajo que deben realizar en respuesta a las demandas del Maestro es secundario en lo que respecta a la relación de la vida diaria, a los requisitos de su negocio, del hogar o a lo que consideran limitaciones físicas, riesgos emotivos e impedimentos mentales de su equipo.
El discípulo debe aceptarse a sí mismo tal cual es, en cualquier momento dado, equipo y circunstancias, entonces deberá subordinarse a si mismo, a sus asuntos y a su tiempo y a las necesidades del momento, especialmente durante una crisis grupal, nacional o mundial como en la actualidad. Cuando el discípulo lleve a cabo esto en su consciencia y piense por lo tanto de acuerdo a los verdaderos valores, descubrirá que se solucionan sus propios asuntos, se acrecentarán sus capacidades en sentido espiritual y se olvidará de sus limitaciones personales.
Hasta que no se haya pasado por esta experiencia será imposible una relación más estrecha con el Ashrama del Maestro.
Actualmente los miembros del nuevo grupo de servidores del mundo están muy activos, van en aumento y responden al llamado del Alma, sintiendo el "tirón" hacia la vida de Servicio y poniendo todo su esfuerzo para aliviar a la humanidad de su pesada carga.
(algunos de estos párrafos son extraídos del "Discipulado en la Nueva Era" (tomo 2º) 10 comentarios:
También habla sobre las dificultades del discípulo en probación, la causa del fracaso de muchos de ellos y la falta de valor y reticencia a comprometerse.
Existen diversas causas por las que un discípulo en probación puede fracasar siendo en gran parte debidas a la falta de amor hacia la humanidad y al miedo a ir contra corriente de la sociedad que le ha tocado vivir.
Es necesario tener valor para llegar a tomar una decisión espiritual y comprometerse, pues para ello será necesario adaptar la vida cotidiana y de relaciones a las necesidades del momento y al servicio del género humano. Se necesita valor para demostrar a quienes nos rodean, que los problemas mundiales son más importantes para nosotros que los asuntos de nuestras vidas individuales y las relaciones particulares que hemos establecido y para no utilizar excusas que hasta el momento nos sirvieron para evadirnos del esfuerzo que actualmente demanda la Jerarquía.
Es necesario tener coraje para hacer sacrificios, para negarse a realizar actividades innecesarias, ignorar el cuerpo físico, las debilidades, el cansancio derivado quizás de una larga vida, de las tendencias físicas que obstaculizan y limitan el servicio. El insomnio producido por las presiones personales y mundiales, por una vida irregular faltada de equilibrio y ritmo y la nerviosidad y tensión actual que es común a todos. Hay que ser valiente y tener valor para encarar la vida en bien de los demás y eliminar aquello que anhelamos cuando la emergencia y la necesidad del mundo son tan enormes.
Lo que más necesitan los discípulos es captar con mayor claridad que la determinación de actuar como servidor produce el reenfoque al unísono de todas las fuerzas de la personalidad y del alma, pues todo cambio en lo interno produce necesariamente cambios en nuestro carácter, relaciones y entorno. Este reenfoque siempre trae sus propias dificultades, ya que frecuentemente el discípulo se siente grandemente angustiado al ser consciente de su propia naturaleza, sus objetivos, su vida, aspiraciones y obstáculos, también las limitaciones, quizás kármicas, que le imponen sus experiencias, además de los diversos aspectos y vehículos por medio de los cuales el alma debe forzosamente actuar.
Este estado a menudo intensifica el interés y la concentración en el propio ego personal, pero siempre con la mejor intención y aspiración.
También debe afrontar las propias limitaciones físicas o de otra índole que le parecen excesivamente grandes; en la propia consciencia exagera los defectos pero no su expresión. También tiene frente a sí el amplio y necesario servicio que le exige el alma y que debe prestar.
Al discípulo en probación le parece tan enorme este esfuerzo, que a veces se niega a colaborar por temor al fracaso o por ser indevidamente consciente de si mismo; busca y encuentra fácilmente excusas para no prestar servicio o para hacerlo únicamente de forma parcial. Actualmente la mala salud, la falta de tiempo, las obligaciones del hogar, cualquier temor, la edad o la creencia de que esta vida es la preparación para un servicio más pleno en la próxima, son excusas que adopta para no dar respuesta de ayuda ni total dedicación a la necesidad humana, pues le resulta más fácil encontrar justificaciones, algunas de las cuales se fundan en la creencia de que los requerimientos del Maestro y el servicio que le demanda el Ashrama al cual está afiliado, son irrazonables.
El Maestro Tibetano durante muchos años ha tratado de concienciar a los grupos de discípulos de la urgencia del momento, de manera que estuvieran preparados y por su intermedio pudieran despertar a miles de personas. Actualmente empiezan a verse los frutos de este arduo esfuerzo, sin embargo todavía no es suficiente, es preciso hacer un acopio de valor y asumir esta gran responsabilidad que nos propone el Maestro. Sabemos que ser discipulado comporta sacrificio y renuncia personal, sin embargo, cuando el Alma empieza a utilizar sus vehículos cambian las prioridades y la consciencia grupal y el servicio es nuestro mayor objetivo.
Para algunos, no todos, el trabajo que deben realizar en respuesta a las demandas del Maestro es secundario en lo que respecta a la relación de la vida diaria, a los requisitos de su negocio, del hogar o a lo que consideran limitaciones físicas, riesgos emotivos e impedimentos mentales de su equipo.
El discípulo debe aceptarse a sí mismo tal cual es, en cualquier momento dado, equipo y circunstancias, entonces deberá subordinarse a si mismo, a sus asuntos y a su tiempo y a las necesidades del momento, especialmente durante una crisis grupal, nacional o mundial como en la actualidad. Cuando el discípulo lleve a cabo esto en su consciencia y piense por lo tanto de acuerdo a los verdaderos valores, descubrirá que se solucionan sus propios asuntos, se acrecentarán sus capacidades en sentido espiritual y se olvidará de sus limitaciones personales.
Hasta que no se haya pasado por esta experiencia será imposible una relación más estrecha con el Ashrama del Maestro.
Actualmente los miembros del nuevo grupo de servidores del mundo están muy activos, van en aumento y responden al llamado del Alma, sintiendo el "tirón" hacia la vida de Servicio y poniendo todo su esfuerzo para aliviar a la humanidad de su pesada carga.
Marta Parramon
(algunos de estos párrafos son extraídos del "Discipulado en la Nueva Era" (tomo 2º) 10 comentarios:
Agradezco tu opinión " Soy Mujer "
Siempre he creido que lo importante no son las palabras sinó lo que despiertan en nosotros.
Saludos cordiales
La exigencia es fuerte y los momentos actuales difíciles, pero aunque sea poca cosa, algo debemos estar haciendo cada cual a su manera para intentar mitigar la falta de "amor global" en este maltrecho mundo. Por poco que sea, siempre será algo mas que lo que realizan muchas personas y, aunque en pequeña medida, dará sus frutos aunque de momento no seamos capaces de verlos (algunos al menos).
Con todo lo anterior no quiero dar a entender que no esté de acuerdo con lo que se comenta, pero es muy difícil (que no quiere decir imposible) llevarlo a la práctica, y mas en poco tiempo, como se nos apremia.
Gracias Marta por el artículo y ánimos para seguir adelante.
Un fuerte abrazo
Tienes mucha razón Dani en decir que es algo muy difícil cambiar las prioridades, renunciar a lo adquirido y sentirnos responsables de las necesidades de la humanidad si al mismo tiempo nos sentimos ofendidos, criticados o ignorados.
Sin embargo,el discípulo no debería esperar reconocimiento alguno ni una respuesta que le satisfaga cuando presta servicio, mientras esperemos reconocimiento a cambio de nuestras buenas acciones o del servicio que prestamos, indica que nuestra vida todavía está centrada en la personalidad. Las palabras del Maestro Tibetano, "Vivir en el mundo sin ser del mundo" se refieren a la vida del discípulo que ha tenido el valor de dar este paso tan importante de transmutar el deseo personal en aspiración espiritual y en servicio desinteresado a la humanidad.
La consciencia del discípulo que vive como Alma sabe que ella no es los cuerpos que utiliza, ni las tendencias personales que le han permitido ocupar aquellos cuerpos, sinó que está actuando como el verdadero Ser espiritual cuya única consciencia que reconoce es grupal, y que desde el principio de los tiempos ha estado aprisionada en la oscuridad de la materia de unos vehículos que no le han permitido poder expresar externamente su divinidad.
Desde la individualización, el alma infantil ha ido creciendo con las pequeñas expansiones de consciencia que ha experimentado, llegando a un punto en que al propósito del Yo superior o Alma le ha dado la oportunidad de hacerse perceptible a la vida externa del mundo. Ha llegado el momento en que debe someter a su voluntad al elemental personal y entonces por parte de éste se produce una rebelión extraordinaria. De ahí la lucha y la crisis que genera en el ser humano una vez ha llegado a esta etapa. Esta rebelión se hace evidente y al mismo tiempo y hasta cierto punto comprensible desde el ángulo personal, pero no cuando lo observamos desde el ángulo del Alma. Éstas son las pruebas más difíciles de superar en el Sendero del discipulado, Renunciar a la Personalidad para abrirnos a la Consciencia grupal del Alma.
Te diré otra frase simbólica que dijo Cristo " No se puede poner vino nuevo en odres viejos " No podemos entrar en un estado de consciencia superior si queremos retener el pasado.
Esta es una etapa difícil y peligrosa, porqué el Ángel y el Morador representan dos caminos, son en realidad el fruto de nuestras acciones a lo largo de la existencia. Representan el camino de la derecha y el de la izquierda, y cada cual nos ofrece lo mejor que podemos experimentar en su camino . Uno nos hunde en la vida material, el otro nos eleva hacia la vida superior del Espíritu. Un camino conduce a la Magia blanca, el otro hacia la Magia negra.
Seguramente no te habré dado ninguna solución mágica para que todo se resuelva sin esfuerzo ni sufrimiento, pues la vida del ser espiritual está más allá de las vivencias terrenales.
Lo que si puedo asegurarte es que el servicio no consiste en abandonar nada de lo que poseemos,-sinó en desapegarnos-, ni hacer esto u lo otro . El Servicio demanda Amor y cuando surge como algo natural y espontáneo de nuestro corazón, ya no hay que preocuparse como y de que manera serviremos o tenemos que responder a las demandas familiares o de quienes nos necesitan, porquè abremos aprendido que el Amor y la Compasión son las fuerzas más grandes que rigen nuestrol universo y que si nos decidimos podemos transformar al mundo. Tenemos las herramientas y el conocimiento necesario y si lo deseamos podremos utilizarlas creadoramente.
Gracias por tu sincera reflexión Dani
Un fuerte abrazo
Un fuerte abrazo
Recuerdo unas palabras que se dice que dijo Cristo ! Al final de los tiempos ( se refería al final de la era que estamos dejando atrás) la verdad será proclamada desde los tejados !.
Estoy segura que muchas personas de buena voluntad se hacen la misma pregunta ¿qué tendría que ocurrir en el mundo para que nos decidiéramos a cambiar ?
Yo desde luego que no voy a decir a nadie lo que tiene que hacer, todo sevicio debería surgir de nuestro interior como un impulso del alma, pero, ¿Nos hemos preguntado cual es la causa de tanta desdicha en el mundo ?.
Formamos parte del cuarto reino de la naturaleza, somos una célula más dentro de este cuerpo mayor que es la Humanidad, y todo cuanto haga una de estas células, ya sea correcto o incorrecto repercute en el resto del cuerpo.
Con esto quisiera dar a entenderque cuando observamos al mundo o a la sociedad en particular, que lo vemos como si no formara parte de nosotros. Decimos "como está el mundo " "En que sociedad vivimos" y no nos damos cuenta de que nosotros hemos contribuido a pequeña escala, a que el mundo o la sociedad sea como es, porqué nosotros somos la humanidad, somos la sociedad,la formamos entre todos. Cuando hay problemas casi siempre damos la culpa a los demás y no se nos ocurre pensar la parte de responsabilidad que nos corresponde en construir una sociedad más justa, más humana y ménos violenta.
En nuestra vida cotidiana, nos hemos observado?, somos comprensivos, justos en el pensar y en nuestras acciones, somos altruistas, sentimos compasión y hacemos algo para remediar el sufrimiento del mundo ?
Se trata en primer lugar de conocerse a uno mismo, hacer un recuento de nuestros valores, no añadir más leña al fuego, y si es posible, poner a la práctica las buenas intenciones que hasta el momente han quedado en una teoría.
Un fuerte abrazo M.Carme
Siendo en nuestra mente difícil nada lograremos, Se trata de empezar despacio al principio e ir subiendo peldaños en el camino y sendero a medida que vayamos comprendiendo lo que ello significa aunque nos quedemos solos, porqué el mundo en que empezemos a habitar ya no será el mundo antes conocido, asumiendo el Alma su verdadero Hogar.
Un Abrazo Marta.
Gracias.
Por otra parte, cuando el Maestro nos repite una y otra vez la necesidad del olvido de uno mismo, no es para imponernos nada para Su beneficio, sinó que todo cuanto venga del Maestro - y por lo tanto de la Jerarquía,- es debido al Amor que siente hacia la humanidad. Pues el olvido de uno mismo nos permite descubrir que somos almas en encarnación, y cuando somos conscientes de esta realidad desaparece el sentimiento de separatividad característica del ego personal, entonces se abre ante nosotros una nueva comprensión de ser una chispa del Alma Una.
La consciencia individual és temporaria y necesaria dentro de la evolución humana, pero únicamente para desarrollar nuestros cuerpos elementales, y para que una vez integrados puedan ser utilizados por el Yo superior y dar a conocer al mundo su divinidad, el Ser real que se halla oculto por la materia hasta que éste consigue redimirla.
A partir de entonces en pequeña escala, al igual como lo hace el Maestro, nuestro servicio consistirá en despertar las consciencias para que sea su alma quien las guie y sean ellas mismas quiénes decidan la forma de andar su camino y de servir a la humanidad.
Seguramente estaremos pensando como hacerlo para despertar a las almas adormecidas.; el Amor tiene un eneorme poder de despertar cuando es demostrado de forma impersonal y sin ninguna condición.
Un fuerte abrazo Olga i Carles
Gracias por estar Marta.
Feliz noche. Un fuerte abrazen.
Pero debemos saber que la crítica es muy destructiva, pudiendo llegar a dañarnos en muchos aspectos si viene de alguien que nos desprecia y tiene una mente poderosa.
Aunque no nos importe lo que la gente piense o diga, el conocimiento de como fluyen las energías con el pensamiento o la palabra es muy necesario, pues habrá personas que aunque nos critiquen serán relativamente inofensivas y no llegarán a dañarnos, pero habrá otras que rechazan las fuerzas de la luz y su poder de hacer el mal puede perjudicar al grupo, a nosotros y al servicio que estamos prestando.
Hay que ser muy prudentes y estar atentos para saber cuando y a quien podemos confiarle lo que estamos haciendo y lo que sentimos en nuestro interior.
La magia negra existe al igual que la magia blanca y cuanto más efectivo sea el servicio que prestamos y más hayamos avanzado en el Camino, la Luz que irradiaremos será más potente y atraerá mucho más a quienes siguen el camino de la izquierda, al igual que las moscas se sienten atraídas por la luz.
Aunque haya pureza en nuestro interior y hayamos llegado a una etapa avanzada no pensemos que no estamos expuestos al peligro. Es por esta razón que en los ashramas de la Jerarquía se enseña como protegerse a los discípulos que sirven. Como deben manipularse las energías pero también cómo deberíamos comportarnos en la vida diaria para evitar provocar reacciones adversas.
Sin embargo quienes estamos dedicados a servir seguimos adelante a pesar de las circunstancias, cueste lo que cueste !
Un fuerte abrazo Marcos.