La experiencia que vivirá cada ser humano en el proceso de retirarse al cuerpo astral, (dejando al margen los casos de muerte repentina o de suicidio,) será distinto según el estado de consciencia alcanzado.
Dentro del cuarto reino al cual pertenecemos existen varios grupos que manifiestan distintos estados de consciencia.
Para los seres humanos poco evolucionados cuya consciencia es instintiva, la muerte será para ellos un sueño, un olvido total, porqué su mente todavía no está lo suficientemente despierta.
Para las buenas personas de tendencia astral cuya mente empieza a desarrollarse, la muerte es una continuación de lo que les ha interesado y han deseado en su vida. Su consciencia y la percepción de los sentidos astrales son los mismos. Se sienten bien en tal estado, no están solos y frecuentemente no se dan cuenta de que han pasado por las puertas de la muerte.
No le ocurre lo mismo al ser humano enfocado totalmente en sus intereses materialistas, que ha sido un criminal y en su extremo egoísmo ha causado gran sufrimiento a los demás. Cuando deja el cuerpo físico denso queda atado a la tierra, porqué la atracción de sus deseos y los vínculos que ha forjado en la vida son tan potentes, que se obliga a si mismo a permanecer cerca del plano físico denso, tratando por todos los medios posibles de entrar nuevamente a la vida física.
Existen otros casos en que el alma también queda atada a la tierra, pero el motivo es muy distinto. Se trata de las buenas personas que son altruistas y de buen corazón y que al morir pueden haber dejado a un hijo o a alguien querido desamparado o con quien les unía un gran amor. También pueden tener algo urgente que realizar o un deber que no han podido cumplir.
El aspirante espiritual, al morir entra de forma inmediata en un campo de servicio al que está muy acostumbrado, dándose cuenta enseguida que no es nuevo, pues en sus horas de sueño ha sido instruido en una Escuela interna de la Jerarquía. Ahora ya estará activo en el servicio de forma permanente y no únicamente unas breves horas de sueño.
El ser humano que vive plenamente condicionado por sus deseos, deberá vivir un proceso parecido a un examen de consciencia y después de un largo proceso en el plano astral, quedará liberado a su vehículo mental todavía en embrión .
La estancia en el cuerpo mental será sumamente breve. Cuando el Ángel solar decida poner fin al estado devakánico, reorientará instantáneamente al hombre estrictamente emocional hacia el sendero descendente de renacimiento.
El ser humano cuya mente se está desarrollando rápidamente, inicia el proceso de retiro respondiendo a la atracción del cuerpo mental. Este retiro es cada vez más acelerado y dinámico, hasta llegar a la etapa en que el discípulo en probación, regido por el creciente contacto con el Ángel solar, rompe las fronteras del cuerpo kama-manásico por un acto de voluntad mental, complementado por la voluntad e intención del Ángel solar.
Cuando la eliminación de los cuerpos es casi total, al alma humana le ha llegado el momento de hacer contacto con su Ángel solar. El vehículo mental está en proceso de destrucción, entonces de forma inmediata, el alma tiene consciencia del futuro, (a la inversa de la recapitulación hecha en el momento de morir,) aunque en las primeras etapas de desarrollo tan solo sea en este preciso momento. En este instante el pasado, el presente y el futuro se ven como un eterno presente. De esta forma entre una encarnación y otra se va desarrollando la consciencia del Eterno Ahora.
Esta visión que permite ver el futuro queda impresa en la consciencia. El hombre común no será consciente de la oportunidad que se le dará en su nueva encarnación, sin embargo el discípulo avanzado se orientará hacia su destino de forma consciente desde una edad muy temprana.
El Eterno Ahora, es un estado de consciencia que puede ser denominado devacánico.
El Deva-Chan es el centro de dos grandes acontecimientos en la vida de la personalidad humana, uno de ellos es la muerte, el otro el nacimiento.
El Deva-Chan pertenece al estado mental y es producto de la imaginación, donde el ser humano puede vivir si lo desea todo lo que la vida le ha negó en su proceso karmico.
Cuando el alma humana llega a este estado superior, construye para si una esfera que estará matizada por el color de su Rayo y por la transparencia de sus deseos superiores y dentro de esta esfera realizará sus sueños. Según la intensidad en que los viva determinará el tiempo de permanencia en este estado.
A medida que se cumplan los sueños, la esfera se irá extinguiendo y los Señores del Karma entraran en actividad para preparar el futuro nacimiento.
Dentro de esta esfera existente en el Devachan, empezará a producirse distintos e importantes hechos, entraran en actividad ciertas Entidades superiores como, la Mónada que es Quien otorga la Vida, el Ángel solar que actúa de forma sincronizada con los Señores del Karma, para ofrecerle al alma que acaba de salir del Deva-Chan un vehículo adecuado a su nueva encarnación.
Intervendrán una gran cantidad de jerarquías angélicas (devas) en el proceso de construcción de los cuerpos. También la acción del Ángel solar que tiene que recoger el código genético de aquella alma, contenido en los tres átomos permanentes, mental, astral y físico y ponerlo a disposición de los Devas superiores que dirigirán la construirán los tres vehículos que le seran necesarios para manifestarse. Además de su propio Código genético contenido en el cuerpo Causal.
( En el próximo artículo trataremos de la
Concepción i el Nacimiento )
Dentro del cuarto reino al cual pertenecemos existen varios grupos que manifiestan distintos estados de consciencia.
Para los seres humanos poco evolucionados cuya consciencia es instintiva, la muerte será para ellos un sueño, un olvido total, porqué su mente todavía no está lo suficientemente despierta.
Para las buenas personas de tendencia astral cuya mente empieza a desarrollarse, la muerte es una continuación de lo que les ha interesado y han deseado en su vida. Su consciencia y la percepción de los sentidos astrales son los mismos. Se sienten bien en tal estado, no están solos y frecuentemente no se dan cuenta de que han pasado por las puertas de la muerte.
No le ocurre lo mismo al ser humano enfocado totalmente en sus intereses materialistas, que ha sido un criminal y en su extremo egoísmo ha causado gran sufrimiento a los demás. Cuando deja el cuerpo físico denso queda atado a la tierra, porqué la atracción de sus deseos y los vínculos que ha forjado en la vida son tan potentes, que se obliga a si mismo a permanecer cerca del plano físico denso, tratando por todos los medios posibles de entrar nuevamente a la vida física.
Existen otros casos en que el alma también queda atada a la tierra, pero el motivo es muy distinto. Se trata de las buenas personas que son altruistas y de buen corazón y que al morir pueden haber dejado a un hijo o a alguien querido desamparado o con quien les unía un gran amor. También pueden tener algo urgente que realizar o un deber que no han podido cumplir.
El aspirante espiritual, al morir entra de forma inmediata en un campo de servicio al que está muy acostumbrado, dándose cuenta enseguida que no es nuevo, pues en sus horas de sueño ha sido instruido en una Escuela interna de la Jerarquía. Ahora ya estará activo en el servicio de forma permanente y no únicamente unas breves horas de sueño.
El ser humano que vive plenamente condicionado por sus deseos, deberá vivir un proceso parecido a un examen de consciencia y después de un largo proceso en el plano astral, quedará liberado a su vehículo mental todavía en embrión .
La estancia en el cuerpo mental será sumamente breve. Cuando el Ángel solar decida poner fin al estado devakánico, reorientará instantáneamente al hombre estrictamente emocional hacia el sendero descendente de renacimiento.
El ser humano cuya mente se está desarrollando rápidamente, inicia el proceso de retiro respondiendo a la atracción del cuerpo mental. Este retiro es cada vez más acelerado y dinámico, hasta llegar a la etapa en que el discípulo en probación, regido por el creciente contacto con el Ángel solar, rompe las fronteras del cuerpo kama-manásico por un acto de voluntad mental, complementado por la voluntad e intención del Ángel solar.
Cuando la eliminación de los cuerpos es casi total, al alma humana le ha llegado el momento de hacer contacto con su Ángel solar. El vehículo mental está en proceso de destrucción, entonces de forma inmediata, el alma tiene consciencia del futuro, (a la inversa de la recapitulación hecha en el momento de morir,) aunque en las primeras etapas de desarrollo tan solo sea en este preciso momento. En este instante el pasado, el presente y el futuro se ven como un eterno presente. De esta forma entre una encarnación y otra se va desarrollando la consciencia del Eterno Ahora.
Esta visión que permite ver el futuro queda impresa en la consciencia. El hombre común no será consciente de la oportunidad que se le dará en su nueva encarnación, sin embargo el discípulo avanzado se orientará hacia su destino de forma consciente desde una edad muy temprana.
El Eterno Ahora, es un estado de consciencia que puede ser denominado devacánico.
El Deva-Chan es el centro de dos grandes acontecimientos en la vida de la personalidad humana, uno de ellos es la muerte, el otro el nacimiento.
El Deva-Chan pertenece al estado mental y es producto de la imaginación, donde el ser humano puede vivir si lo desea todo lo que la vida le ha negó en su proceso karmico.
Cuando el alma humana llega a este estado superior, construye para si una esfera que estará matizada por el color de su Rayo y por la transparencia de sus deseos superiores y dentro de esta esfera realizará sus sueños. Según la intensidad en que los viva determinará el tiempo de permanencia en este estado.
A medida que se cumplan los sueños, la esfera se irá extinguiendo y los Señores del Karma entraran en actividad para preparar el futuro nacimiento.
Dentro de esta esfera existente en el Devachan, empezará a producirse distintos e importantes hechos, entraran en actividad ciertas Entidades superiores como, la Mónada que es Quien otorga la Vida, el Ángel solar que actúa de forma sincronizada con los Señores del Karma, para ofrecerle al alma que acaba de salir del Deva-Chan un vehículo adecuado a su nueva encarnación.
Intervendrán una gran cantidad de jerarquías angélicas (devas) en el proceso de construcción de los cuerpos. También la acción del Ángel solar que tiene que recoger el código genético de aquella alma, contenido en los tres átomos permanentes, mental, astral y físico y ponerlo a disposición de los Devas superiores que dirigirán la construirán los tres vehículos que le seran necesarios para manifestarse. Además de su propio Código genético contenido en el cuerpo Causal.
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( En el próximo artículo trataremos de la
Concepción i el Nacimiento )
Marta Parramon
Un fuerte abrazo
Me imagino que con tu experiencia en Teosofía conoces muy bien todo el tema que estamos tratando y pocas cosas nuevas encuentras en estos escritos.
Sin embargo, como ya sabemos el tema sobre la muerte no es demasiado difundido en sentido esotérico y estoy segura que tiene interés para muchas personas que lo desconocen, porqué desde que empezamos con la primera parte, las visitas se han acentuado bastante.
Gracias de nuevo Dani
Un fuerte abrazo.
El Devakán es en cierto punto importante, pero cuando el Alma resplandece y el Servicio es Uno en todos los sentidos el volver a la tierra se convierte en Verdadera Sabiduría.
Un abrazo.
De alguna forma se nos permite tener una pequeña vislumbre del futuro lejano que nos aguarda cuando finalicemos nuestra evolución en el reino humano.
Se nos dice en los tratados esotéricos de la Jerarquía, que si no fuera por el acceso que las almas tienen al Devachan y el bálsamo que representa poder realizar los sueños y sentirse feliz, con el total olvido del sufrimiento y actitudes erróneas vividas en la encarnación anterior, el ser humano no lo podría resistir en su nueva encarnación.
En ciertos momentos de serena espectación cuando el amor y la paz nos inunda, estamos viviendo un estado devakánico aquí en el plano físico. No es necesario tener que morir para poder experimentar lo que representa el Deva-Chan, aunque también tenemos que decir, que son una ínfima parte de la humanidad la que puede acceder a este estado de consciencia mientras está encarnado.
Gracies Olga i Carles
Una abraçada.
Me gustaría poder seguir estudiando en Deva-Chan, quizá sea posible :)
Un fuerte abrazo queridas amiga!
Sin embargo este estado lo hemos experimentado la mayoría de personas en ciertos momentos de profunda atención, cuando dentro de nuestro cerebro no existe pensamiento alguno que nos distraiga, ni análisis ni reflexión. Es entonces cuando trascendemos el tiempo y nos unificamos con el Todo.
Gracias Marcos
Un fuerte abrazo
A veces me pregunto, cuando dejamos nuestro cuerpo físico, podemos en el nivel de conciencia despierta seguir evolucionando creando buen karma para la próxima encarnación....?
Gràcies Marta.
Para un ser humano corriente su código genético no variará desde la muerte hasta el nuevo nacimiento. O sea que sus cuerpos y su consciencia serán exactamente de la misma cualidad de la vida anterior.
Sin embargo, para los aspirantes espirituales discípulos y para todos las almas que reciben instrucción espiritual en las Escuelas internas de la Jerarquia, la evolución espiritual no se interrumpe, puesto que dentro de las Aulas se sigue aprendiendo y practicando el servicio activamente, aunque no se tenga cuerpo físico.
Todo lo adquirido en este estado interno es añadido al código genético del átomo causal o cuerpo del Yo superior.
A su debido tiempo y una vez haya encarnado aquel ser humano, esta vibración espiritual superior atraerá energías de mayor cualidad vibratoria, las cuales energetizarán las células y átomos de todos los cuerpos. Pues los cambios externos siempre tienen una causa interna.
Cuando esta alma vuelva a encarnar, además de la vibración de sus vehículos mortales conteneida en los átomos físico, astral y mental, traerá una comprensión espiritual y una orientación hacia el servicio más pronunciada que en la vida anterior.
Gracias a ti Olga
Un abrazo